Un viajero al borde de un ataque de nervios

Se acerca la temporada de viajes y, entre la incertidumbre sobre el aeropuerto de Santa Lucía y la posibilidad de que Texcoco resurja, volar se ha convertido en una experiencia agridulce: llegar a un destino puede ser emocionante, pero el proceso para lograrlo es un laberinto de espera, fatiga y complicaciones.
Un viajero típico debe invertir varias horas solo para llegar al aeropuerto, seguido de largas filas en los counters para documentar equipaje, incluso si hizo check-in previo. Luego, pasa por el escrutinio del personal de seguridad, que revisa bolsos, computadoras y líquidos. Y cuando por fin parece haber superado todos los obstáculos, el avión debe esperar su turno para despegar.
A pesar de estas dificultades, el precio de los boletos de avión ha disminuido globalmente y seguirá bajando. No hace mucho, viajar era un lujo reservado para los más privilegiados: los aviones eran más elegantes, existía solo una clase, las aerolíneas ofrecían comidas abundantes y el embarque era más rápido. Sin embargo, los precios eran considerablemente más altos.
Con el tiempo, la competencia ha reducido los costos. Hoy, en algunos casos, volar puede ser más barato que viajar en autobús. No obstante, las aerolíneas han compensado esta reducción implementando tarifas por servicios adicionales: cargos por elegir asientos delanteros, por alimentos especiales, por imprimir boletos, por exceso de equipaje, por acceso a WiFi, e incluso por audífonos. Así, el precio inicial de un boleto rara vez es el costo final.
En la Ciudad de México, además, los viajeros enfrentan una carga extra: la Tarifa de Uso de Aeropuerto (TUA), una cuota fija establecida por los aeropuertos nacionales. El TUA en la CDMX ha aumentado significativamente desde el inicio del proyecto del Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (NAICM). Aunque este impuesto estaba destinado a financiar su construcción, el aeropuerto fue cancelado, pero la tarifa continúa siendo una de las más altas del mundo, solo superada por la de Londres.
Podemos hacer un ejercicio ilustrativo: al cotizar un boleto de avión de la CDMX a Monterrey, observamos que el impuesto suele ser mayor al costo del asiento. Si hacemos lo mismo para un viaje internacional, notamos tres tendencias:
- Los grandes aeropuertos del interior del país tienen mayor oferta de aerolíneas que el de la CDMX, debido a la saturación de este último.
- Las aerolíneas han trasladado sus conexiones internacionales a otros aeropuertos, reduciendo la importancia de la CDMX como hub.
- En muchos casos, es más barato volar desde el interior de la República que desde la capital.
Esto se debe a la sobresaturación del aeropuerto de la CDMX, que ha impulsado a otros aeropuertos a competir. Como resultado, las ventajas de viajar desde la capital están desapareciendo: los vuelos son más caros, despegan con retraso por la falta de infraestructura y aterrizan tarde debido a la escasez de hangares. Además, los pasajeros enfrentan largas filas para migración, aduana y seguridad.
Mientras se resuelven los problemas del aeropuerto de la CDMX y sus alternativas, podría implementarse el uso de tecnologías como la biometría, que optimizaría los procesos de salida y llegada mediante identificación digital, mejorando la experiencia del usuario y agilizando los tiempos de espera.
Heading 1
Heading 2
Heading 3
Heading 4
Heading 5
Heading 6
Lorem ipsum dolor sit amet, consectetur adipiscing elit, sed do eiusmod tempor incididunt ut labore et dolore magna aliqua. Ut enim ad minim veniam, quis nostrud exercitation ullamco laboris nisi ut aliquip ex ea commodo consequat. Duis aute irure dolor in reprehenderit in voluptate velit esse cillum dolore eu fugiat nulla pariatur.
Block quote
Ordered list
- Item 1
- Item 2
- Item 3
Unordered list
- Item A
- Item B
- Item C
Bold text
Emphasis
Superscript
Subscript